El diablo del Acueducto de Segovia

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En estas fechas, vísperas de Halloween, no hemos podido resistir la tentación de contaros la leyenda del Acueducto de Segovia. Y, ligado con esta leyenda, la controvertida historia del 'diablillo' de la calle de San Juan. ¿Qué no las conocéis?... Pues ahí van.

Empezamos por la leyenda del Acueducto de Segovia

Cuenta la leyenda que el diablo, y no los romanos, fue el auténtico constructor de esta magnífica obra de ingeniería. Y que, además, eso explicaría el ‘hueco que hoy ocupa la Virgen de la Fuencisla

Cabe suponer que, allá en tiempos lejanos, para que los habitantes de la zona más alta de Segovia tuvieran agua, era necesario un gran recorrido a pie (y con los cántaros pertinentes) desde las fuentes mantiantales del exterior de la ciudad.

Evidentemente, los señores residentes en lo alto de la ciudad, encargaban a sus criados la tarea de acarrear los cántaros, desde aquellas fuentes hasta sus casas, por las empinadas calles de Segovia.

Y una joven criada, aguadora, cansada de su rutina de sube y baja, en un momento de desesperación, proclamó:

- Daría lo que fuera porque el agua llegara sola a las puertas de la ciudad para no tener que volver nunca a recorrer este camino.

Y, entonces, como respuesta a su plegaría, una melodiosa voz le respondió:

- ¿Estás segura de que darías cualquier cosa a cambio de que el agua llegara a las puertas de tu ciudad?. Yo construiré, en una sola noche, un puente que lleve el agua.

La muchacha, asustada, al volverse vio a un apuesto hombre al que, sin dudarlo, respondió que sí pensando, a la vez, que nada podría pedirle a cambio puesto que nada tenía… Sin embargo, si había algo de valor que ella poseía: su alma….

Sin embargo, aunque la segoviana pensó que su alma poco valor tenía frente al beneficio que le traería en su rutina diaria, una repentina duda, antes de sellar el trato, le hizo añadir una condición.

- Sólo te daré mi alma si eres capaz de hacerlo antes de que cante el gallo.

Y así se cerró el trato. Y el caballero desapareció ante sus ojos…

La joven, pensando que todo había sido fruto de su imaginación y cansancio, continuó con su labor de acarrear el agua…

Cayó la noche. Pero la muchacha no podía conciliar el sueño. El extraño ‘encuentro’ no paraba de rondar por su cabeza. Y, cansada de dar vueltas en su catre, decidió salir a despejar sus pensamientos…
Y cuál fue su sorpresa, cuando desde el mirador junto a la Puerta de San José, vio como el extraño con el que había firmado el trato, envuelto en llamas, daba órdenes a cientos de diablos acólitos para erigir un conducto que llevara el agua hasta lo más alto de la ciudad. 

La joven, asustada y arrepentida, pasó el resto de la noche rogando a Dios por la salvación de su alma…. Sin obtener respuesta alguna del Divino….

Pero, cuando todo el acueducto estaba casi finalizado, a falta de poner la última piedra, el gallo cantó anunciando la nueva mañana.

El diablo, sin poder asumir la derrota, abandonó la ciudad dejando la construcción casi terminadaa falta de una piedra… hueco donde, desde entonces, la Virgen de la Fuencisla protege a la ciudad.

Y la leyenda también cuenta que los agujeros que pueden apreciarse en algunas de las piedras del Acueducto, son las huellas que dejaron las pezuñas de Lucifer cuando huyó con rabia de Segovia…

El Diablillo de la discordia

Como tributo a esta leyenda, a principios de este año, en la escultura conocida como el ‘diablillo de Segovia’, el diablo contempla el Acueducto, desde la calle de San Juan haciéndose, un selfi con su construcción inacabada.

La obra, de José Antonio Abella, está realizada en bronce, tiene 170 cm de altura y, representa –según su creador– a un diablo “venido a menos, con algunos años encima, muchos kilos de más y que no consiguió arrebatar a los romanos el mérito de la construcción del Acueducto”.

Sin embargo, a pesar de todas las explicaciones dadas por el escultor, sobre todo lo relativo a su diseño, la escultura sigue siendo motivo de discordia: que si es una provocación, que si ofende los sentimientos religiosos, que si fomenta el turismo satánico,….

Y acabamos algunos datos sobre el Acueducto de Segovia

El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría (en la Acebeda) recorriendo más de 16 Km hasta la ciudad. Su construcción data de principios del siglo II d.C., a finales del reinado del emperador Trajano o principios del de Adriano.

  • Longitud: el acueducto mide 16.186 metros, es decir, más de 16 kilómetros. Esto supone todo el conducto por el que se transporta el agua hasta llegar a la ciudad.
  • Número total de arcos: 75 arcos sencillos y a continuación 44 arcadas de orden doble (esto es, 88 arcos), siguiendo después otros cuatro arcos sencillos; es decir, 167 arcos que se apoyan en 120 pilares. Para su construcción se usaron 20.400 sillares de granito asentados sin argamasa entre ellos.
  • Caudal máximo: se estima que podía (y puede llevar) entre 20 y 30 litros por segundo. Esto es gracias a que su canal tiene unas dimensiones de 25x30x30 cm.
  • Altura máxima: en su punto más alto llega a elevarse 28,10 metros del suelo. Tiene una pendiente de 0,3% en el puente y de 5,53% de manera continuada.

 

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